El
mundo en la actualidad vive en un constante inestabilidad ecológica, los tres requisitos
ecológicos se encuentran desequilibrados; el medio ambiente, las relaciones
sociales y la subjetividad humana son ahora solo productos que se comercian el cotidiano
ir y venir del “mass media”.
La
subjetividad colectiva es un claro ejemplo de la hiperexplotación en la cual nos
encontramos inmersos, no existen formas diversas de pensamiento, la
homogenización y el patrón son necesarios para encajar en una sociedad en la
que no solo el ser humano es interés de la cadena productiva, sino donde además
todo el ecosistema sufre deterioro y se le lleva a un punto de no retorno en
aras de saciar las necesidades que el mismo contexto a implantado como “vitales”.
“Una
revolución es necesaria en términos sociales y culturales en tiempos de una
crisis ecológica como la que enfrentamos”, para poder llegar una posición ecosófíca
es necesario que como los principales pobladores y destructores del mundo
asumamos un rol, en el cual funcionemos armónicamente como individuos para que
esto se vea reflejado en nuestro entorno social y que además esto se vea
manifestado nuestro entorno natural. Solo reconociendo al sujeto como un eslabón
clave en la cadena será posible iniciar el cambio que tanto necesitamos.
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